Para fortalecer los músculos dorsales del bebé podemos levantarle de los dos brazos desde la posición de tumbado. Cada vez tiene más agilidad con las manos por lo que podemos darle un sonajero o un juguete para que pueda moverlo y hacer que suene.
El baño es un momento muy estimulante para el bebé, además de relajarle, encontrará divertido chapotear con sus piernas y comprobar que el agua salta cuando lo hace.
El bebé tiende a llevarse objetos a la boca, ya que es su manera de descubrir el mundo.
Recuerda que los juegos, los estímulos y la participación de los demás miembros del hogar, favorecen los vínculos con tu bebé y la integración familiar; por eso, invítalos a participar observando afectuosamente lo que hace, escuchar sus balbuceos e imitarlos, cargarlo, arrullarlo, acariciarlo, hacerle masajes, mirarlo a los ojos y hablarle, nombrarle todo lo que ve, mover sus piernitas con ejercicios de pedaleo y otros similares.
Durante esta etapa de la vida se establecen interconexiones entre las células cerebrales, que favorecen su aprendizaje y sirven de base para aprendizajes posteriores. El acompañamiento afectuoso e inteligente a tu bebé es de vital importancia para el avance en su desarrollo.
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