La harina mágica de Lolo
Lorena Pérez Juan – Xavier Reñé Pascual
Ed. Creatividad en Letras
Un estudio asegura que a los bebés a los que se les ha contado cuentos, cantado nanas y canciones infantiles se convierten en niños más despiertos, más seguros afectivamente, y tienen más probabilidades de ser en el futuro buenos lectores.
• Bebés de 0 - 6 meses:
Puedes aprovechar sus momentos de tranquilidad para leerle un cuento. No te preocupes por la complejidad del contenido de los cuentos ya que, en esta edad, lo que más le gusta al bebé es sentir tu voz y tu cariño.
La entonación de tus palabras ha de ser suave y con esa musicalidad que caracteriza a tu voz cuando le hablas.
Puedes tomar al bebé en brazos y contarle los cuentos que conoces o que vas aprendiendo o, por supuesto, se los puedes leer.
Si el cuento contiene canciones, nanas o rimas tienes el éxito asegurado.
A partir del cuarto mes el bebé ya es capaz de distinguir un rostro feliz y otros rostros que demuestren distintos tipos de gestos (la sorpresa, el enfado o la indiferencia). Así pues, puedes utilizar los gestos de tu cara como una estrategia más.
• Bebés de 6 - 9 meses:
Entre los siete y los nueve meses comienzan a captar algunos fragmentos de la lengua materna. Es importante que les contemos el cuento de una manera tranquila y pausada.
Al bebé le gusta que le cuentes y que le cantes. También le fascina escuchar música. Así es que los libros que incluyen juegos y canciones resultan muy adecuados sobre todo en los momentos previos al sueño.
Convertiremos el cuento en un juego cuando se trate de libros con ilustraciones de animales. Más que la propia historia le sorprenderá que le enseñes el sonido que emiten los protagonistas (perro: “guau”. vaca: “muuu”) y que el bebé disfrutará imitando hasta que por fin consiga establecer la relación que hay entre el animal (por ejemplo, la vaca) y el sonido que le caracteriza (el mujido).
Le mostraremos las ilustraciones en todo momento. Les llama la atención los dibujos complejos y los pequeños detalles. Les iremos señalando el dibujo al mismo tiempo que lo nombramos. Repetiremos esta acción tantas veces como sea posible. Llegará un momento en el cual el bebé señalará el dibujo que representa al objeto, animal o persona cuando le preguntemos dónde se encuentra.
Al final de esta etapa de edad ya podemos ponerles a su disposición los llamados libros interactivos. Los más adecuados son los de tela o plástico porque son irrompibles y mucho más agradables para ellos. Resultan más apropiados aquellos que tengan distintas texturas, puesto que el bebé ya empieza a distinguir algunos materiales al tacto, que aquellos que contienen dispositivos que emiten sonidos al ser oprimidos por el bebé.
• Bebés de 9 - 12 meses:
Cuando se acerquen a la edad de 12 meses, como la comprensión del lenguaje ha mejorado mucho, podemos contarle cuentos que traten sobre normas, prohibiciones, órdenes y otras frases que habitualmente utiliza el adulto con él.
Cuentos que contengan elementos repetitivos y frases que se puedan cantar.
Cuentos con gestos (asentimiento, negación con la cabeza, despedida). Estos gestos culturalmente determinados aparecen en el sexto mes.
Cuentos que “tengan como protagonista” el sonido de una letra: “p”, “t”, “m”. Hacia los 10 meses aparece la imitación correcta de los sonidos. A los 12 meses ya es normal que el niño pronuncie correctamente estas consonantes.
No nos olvidemos de que al bebé le sigue gustando imitar sonidos y que le enseñemos sonidos nuevos para poder reproducirlos. Ya puede imitar acciones sin que las tenga que ver u oír previamente. Ante el sonido de la música, del batir palmas, o de una canción, comienza a moverse como si bailara.
• Niños de 1 - 2 años:
Cuentos o canciones que se puedan representar con gestos sencillos (por ejemplo, cruzar y descruzar los brazos, frotarse las manos) y que el niño ya puede imitar correctamente.
Aparece el juego simbólico, resultarán apropiados cuentos que relaten historias que tengan que ver con la vida cotidiana del niño y que podamos transmitir a través de gestos al mismo tiempo que los mencionamos.
Como ya tiene cierta autonomía, existe la posibilidad de dejar que disfrute solo –aunque con nuestra vigilancia– con aquellos libros que entran en la categoría de “juguetes didácticos” ya que les permitirá poner en práctica ciertas habilidades.
Escogeremos cuentos de imágenes cuyas ilustraciones podamos relacionar entre sí, por ejemplo: una manzana y un gusano, una gallina y un huevo, un niño y una pelota ....
• Niños de 2 - 3 años:
A esta edad:
- Le gusta mirarte a la cara, atendiendo a los gestos que pones.
- Es capaz de recordar historias sencillas y, alrededor de los dos años y medio, entiende relatos y expresiones del lenguaje más complejas.
- Ya señala perfectamente las imágenes de los libros.
- Recuerda rimas y canciones sencillas, y reproduce los gestos que las acompañan.
- Sabe si nos hemos saltado una página de su cuento favorito.
Libros con ilustraciones: No todos los libros que pongamos en sus manos tienen por qué relatar una historia.
Vocabulario: Contamos con libros que se orientan a la adquisición de vocabulario del bebé a través de fichas con ilustraciones. A los dos años, tiene un vocabulario de 50 palabras pero comprende el significado de cientos de ellas así es que podrá ir nombrando los dibujos que contiene el libro e incluso, a partir de ellos, será capaz de inventar historias sencillas.
Números: Comienza a comprender el sentido de cantidad. Cuando habla añade siempre “s” a las palabras para hacer el plural. Por lo tanto, podremos ir introduciendo libros que contengan elementos numéricos.
Las partes del cuerpo: adquiere conciencia de sí mismo. Ya sabe si es un niño o una niña y distingue las partes del cuerpo.
Los colores: Clasifica las cosas a partir de una característica simple: separa lo rojo de lo azul, por ejemplo.
Contrarios: Distingue grande-pequeño, ancho- estrecho, arriba y abajo...
• A partir de los 3 años:
Comienza a utilizar palabras como “si...” y “porqué”, así es que tendrá especial interés en los cuentos con moraleja claro que esto requiere una conversación posterior a la lectura del cuento.
Empieza a adquirir la conciencia de las explicaciones y de la negociación. Por ello, hará preguntas acerca del mundo que le rodea (la época de los “porqués”). Los cuentos que podemos escoger para esta etapa son aquellos que transmitan aprendizajes sencillos adecuados para la edad.
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